Un tesoro amenazado: el dorado, una especie protegida del Paraná

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Aunque pocos lo saben, el dorado (Salminus brasiliensis), emblema de los ríos argentinos y codiciado trofeo para pescadores deportivos, es una especie protegida por ley en Argentina. Su pesca comercial está prohibida, y solo se permite bajo la modalidad deportiva con devolución obligatoria. Sin embargo, en las aguas del Delta del Paraná, este valioso pez está siendo víctima de una depredación sistemática a gran escala.

Audios anónimos obtenidos por Noticias Ambientales exponen una alarmante realidad: camiones cargados de dorados parten en plena madrugada desde zonas clave del Delta bonaerense, como Arribeños Sur y Villa La Ñata, con total impunidad. “Cargaron dos camiones, un semi y un sider a las 6 de la mañana”, relata una voz en uno de los audios, mientras que otro testimonio apunta: “Todos los cajones llenos de dorados”.

Quienes intentan denunciar estos hechos, como un guía local que alertó a Prefectura Naval, al COT y a otras entidades, no encuentran eco en las autoridades. “Nadie le dio pelota”, lamenta. La pesca, afirman, es selectiva: “Son todos dorados, no hay ni un sábalo”.

Una protección que no se cumple

La Ley Nacional 26.021 declara al dorado como especie de interés nacional y prohíbe su pesca comercial.

A su vez, la Ley Provincial N.º 12.722, vigente en Santa Fe desde 2007, refuerza esta protección:

  • Prohíbe la pesca comercial, el acopio, la venta, tenencia y tránsito del dorado.
  • Autoriza únicamente la pesca deportiva con devolución (catch and release).
  • Declara al dorado como Pez Turístico Provincial, por su enorme valor para el ecoturismo pesquero.

Entre Ríos también se sumó a la protección con la ley votada por unanimidad en diciembre de 2024. La propuesta tiene como objetivo alinear las políticas de conservación con las de otras provincias de la cuenca del Plata, como Santa Fe, Corrientes, Chaco y Formosa, que ya han implementado vedas para la pesca del dorado. Esta coordinación es esencial porque el dorado es una especie migratoria, y su protección requiere un enfoque unificado a lo largo de las regiones que conforman su hábitat.

El impacto ecológico de perder al dorado

Más allá del daño puntual a la especie, la depredación del dorado amenaza con alterar profundamente el equilibrio del ecosistema. Este pez ocupa un rol clave en la cadena alimentaria del río Paraná: su disminución afecta a otras especies y al funcionamiento general del ecosistema acuático.

Estudios recientes advierten que, al desaparecer grandes predadores como el dorado, se rompe el balance entre especies, lo que puede desencadenar un efecto dominó de consecuencias impredecibles en la biodiversidad.

Urge actuar

Para proteger al dorado y su hábitat se necesitan acciones concretas y coordinadas. Es indispensable que organismos como la Prefectura Naval Argentina refuercen su presencia, se endurezcan las sanciones a los infractores y se promuevan campañas de educación ambiental que involucren tanto a pescadores como a comerciantes.

También resulta clave que la sociedad en su conjunto comprenda que el dorado no es solo un pez “de pesca deportiva”, sino un símbolo viviente del patrimonio natural argentino.

El dorado no es un producto. Es un símbolo de nuestros ríos. Y está en peligro.

Fuentes: Noti ambientales – Portal Entre Ríos

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