La crisis en Venezuela se intensifica mientras las protestas opositoras contra la reciente reelección de Nicolás Maduro se multiplican a lo largo del país. La oposición denuncia que la represión policial ha dejado al menos tres víctimas fatales y numerosos detenidos.
Las manifestaciones comenzaron enérgicamente después de que Maduro se autoproclamara vencedor en las elecciones del domingo pasado, en un proceso ampliamente cuestionado por la oposición y observadores internacionales. Los ciudadanos se volcaron a las calles en varias ciudades, coreando consignas como «¡Y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer!» y demandando que el mandatario entregue el poder de inmediato.
En la tarde del lunes, los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad se intensificaron. La Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB) utilizaron gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los protestantes que se concentraban en la autopista principal de Caracas.
La primera víctima fatal fue identificada como Rancés Yzarra, un estudiante de 30 años. Según informes del Hospital Clínico de Maracay (HCM) en el estado Aragua, Yzarra murió debido a una herida de bala recibida mientras participaba en una manifestación cerca de la Redoma de San Jacinto en Maracay. El HCM también reportó que otras 18 personas resultaron heridas durante los enfrentamientos.
En el estado Yaracuy, el vocero de la ONG Foro Penal, Alfredo Romero, confirmó la muerte de una segunda persona. La identidad de esta víctima aún no ha sido divulgada. Además, en San Francisco, estado Zulia, un adolescente de 15 años fue alcanzado por balas durante las protestas en el sector Villa Bolivariana. A pesar de ser trasladado al hospital Noriega Trigo, el joven falleció en horas de la noche.
La situación en el país sigue deteriorándose, con crecientes temores de una escalada en la violencia mientras la comunidad internacional observa con preocupación. Las protestas continúan en varias ciudades, y la tensión entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes sigue aumentando.
Las autoridades han mantenido un silencio oficial sobre las denuncias de violencia y represión, mientras el país permanece en vilo ante la crisis política y social que se avecina.
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