
Continuando con la celebración del mes dedicado a la mujer en el programa «Honrar la vida», en Radio Nueva Estrella 102.9, Miriam Cosenza rende homenaje a aquellas mujeres valientes que, el 8 de marzo de 1908, se alzaron contra las injustas condiciones laborales. Este espacio de reflexión y respeto por la vida, que da nombre al programa, nos lleva a conocer a Mónica Amata, profesora de yoga del Centro Liverte, quien, con su práctica, ejemplifica lo que significa merecer la vida, tal como expresa la canción que inspira este espacio.
Mónica Amata comenzó su camino en el yoga por motivos físicos, buscando aliviar problemas de contraturas musculares y cuestiones emocionales. Sin embargo, pronto descubrió que el yoga es mucho más que un remedio físico; es una puerta de conexión con las emociones y el bienestar integral. «Empecé por un problema físico, pero me di cuenta que eso iba mucho más allá. El yoga es un camino de ida», explica Mónica.
Su formación comenzó en el Centro Cultural con el profesor Daniel Messina, quien fue su guía inicial. Desde allí, continuó profundizando en diversas ramas del yoga, como el yoga de la voz con el profesor Javier Elama en Rosario, y más recientemente, el yoga y las emociones, una disciplina que considera «extraordinaria» para poder transmitir a los demás.
La práctica y enseñanza del yoga
Actualmente, Mónica imparte clases en el Centro Liverte, un instituto de danza dirigido por sus hijas, quienes le ofrecieron el espacio para que pudiera compartir su conocimiento con los demás. Aunque al principio era reticente a enseñar, pronto entendió que lo que había aprendido no debía guardarlo para sí misma: «Lo que uno tiene, debe volcarlo en el otro y ayudar al otro», afirma.
Para Mónica, el yoga no es solo una práctica física, sino una forma de vida. La palabra «yoga» proviene del sánscrito «yuj», que significa «unión». En sus clases, enseña a sus alumnos a unirse con su cuerpo, mente y alma, logrando un equilibrio con el universo y con los demás. El yoga no tiene que ver con religiones, sino con un acto de amor y conexión profunda con uno mismo.
Los beneficios emocionales y espirituales del yoga
«El yoga no solo es físico», comenta Mónica, «sino que también impacta en nuestras emociones. Cada postura tiene una repercusión emocional, y cuando lo llevamos a la vida cotidiana, también nos va revelando diferentes aspectos de nosotros mismos.»
Mónica explica que a través de la práctica del yoga, podemos aprender a alinear nuestros chakras, esos centros de energía que, cuando están en equilibrio, nos permiten experimentar un estado de plenitud y bienestar. La respiración es uno de los pilares fundamentales del yoga, pues «al inhalar y exhalar, expandimos nuestra energía vital por todo el cuerpo», lo que nos ayuda a alcanzar un estado de paz y equilibrio.

Yoga como una transformación personal
En sus clases, Mónica busca que cada alumno logre tomar conciencia de su cuerpo, su mente y su energía. «No es solo asistir a una clase, es un camino de vida», asegura. Con el tiempo, quienes practican yoga experimentan una transformación interna. El yoga permite lidiar con el estrés, las cargas emocionales y las tensiones del día a día, para finalmente lograr la calma y el bienestar.
Diferentes modalidades de yoga
Mónica también menciona las múltiples ramas del yoga disponibles hoy en día, que incluyen estilos como el Hatha Yoga, el Vinyasa Flow y la meditación. Cada modalidad ofrece una aproximación diferente, pero todas apuntan al mismo objetivo: la conexión con uno mismo y el universo.
Yoga como un acto de amor y servicio
Mónica concluye la entrevista compartiendo una reflexión que siempre repite en sus clases: «Enseñar yoga es un acto de amor y servicio, donde cada clase se convierte en una oportunidad de tocar corazones y encender luces. Cuando el yoga transforma nuestras vidas, el siguiente paso natural es compartir esa luz con el mundo».
Finalmente, invita a todos aquellos interesados a unirse a sus clases en el Centro Liverte. «Les recibo con todo mi amor, porque cuando uno hace las cosas con amor, todo cambia», concluye Mónica.
El yoga, en su esencia, es mucho más que una disciplina física: es un camino hacia el autoconocimiento, la paz interior y la conexión con la vida. Mónica Amata nos recuerda que, a través de la práctica del yoga, podemos aprender a vivir mejor, a sentirnos plenos y, sobre todo, a honrar nuestra vida.
Escuchá la entrevista completa:
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