El 30 de noviembre, los argentinos celebran una de las tradiciones más queridas del país: el Día Nacional del Mate. Esta fecha, que desde 2015 conmemora la importancia cultural de la infusión, fue establecida por la Ley N° 27.117 sancionada en diciembre de 2014. El día fue elegido para rendir homenaje a Andrés Guacurari y Artigas, un caudillo guaraní y gobernador indígena que, en el siglo XIX, promovió la producción de yerba mate en la región de las Misiones.
Aunque el mate ya había sido declarado «infusión nacional» por el Congreso en 2013, la celebración del Día Nacional del Mate cobra un significado profundo en la historia de Argentina, vinculando la tradición del consumo de esta bebida con el patrimonio cultural de las provincias del noreste del país, especialmente Misiones, donde la yerba mate tiene sus orígenes.
Orígenes Guaraníes
El mate tiene raíces profundas en la cultura guaraní. Para este pueblo originario, la yerba mate (llamada «caá» en guaraní) no solo era una bebida, sino un objeto sagrado, utilizado en rituales y también como moneda de intercambio. Fue, sin embargo, con la llegada de los conquistadores y más tarde, la influencia de los jesuitas, que la yerba mate comenzó a expandirse por el territorio del Virreinato del Río de la Plata. Los jesuitas introdujeron su cultivo en las reducciones guaraníes, lo que permitió la popularización del consumo de esta infusión, que ya se consumía en grandes cantidades entre los pueblos originarios.
El mate, entonces, comenzó a formar parte de las costumbres cotidianas, convirtiéndose en un símbolo de unidad y tradición en las distintas regiones del país.
La Identidad Nacional y el Mate
Pau Navajas, autor del libro *Caá Porã: El espíritu de la yerba mate*, sostiene que el mate es una de las costumbres más antiguas de Argentina, que data incluso de antes de la independencia. «En 1816, los congresales que firmaron la independencia debían cebarse mates mientras discutían en la Casa de Tucumán», afirma. El mate era, y sigue siendo, un símbolo de unidad, superando barreras sociales y políticas. Es una tradición que ha atravesado distintas épocas y clases sociales, convirtiéndose en un símbolo de la cultura nacional.
Como lo destaca Navajas, el mate no solo unificaba a la sociedad de la época, sino que también marcaba diferencias en el modo en que se preparaba y servía. Los más ricos lo combinaban con leche, canela o clavo de olor, y lo servían con una bombilla de plata. Sin embargo, lo más notable es que a pesar de las diferencias sociales, todos compartían el mate, lo que permitía una conexión especial entre personas de distintos estratos.
El Mate como Ritual Social
Para Valeria Trapaga, sommelier de mate y una de las mayores expertas del país en el tema, el mate es mucho más que una simple bebida. Durante una charla TED, expresó que el mate es una «acción de compartir», y que «frente al mate, somos todos iguales». Trapaga recorre el país divulgando los secretos de la yerba mate, desmitificando algunos de los mitos más comunes sobre su consumo.
Entre los mitos más populares, Trapaga destaca:
– “El polvo de la yerba mate hace mal” , lo cual es falso, ya que este polvo aporta suavidad y espumosidad al mate.
– “Raspar el mate es correcto para destapar la bombilla” , una creencia errónea, ya que lo mejor es verter agua fría o tibia antes de preparar el mate para evitar que se tape.
– “Se puede tomar el mate a más de 85 grados” , lo cual arruina el sabor de la infusión, ya que el agua a temperaturas elevadas elimina el oxígeno necesario para que la yerba libere todos sus aromas y sabores.
Consejos para un Buen Mate
Trapaga también comparte sus consejos para preparar el mate perfecto. Según la sommelier, se debe llenar el mate hasta tres cuartas partes, sacudirlo para que la yerba se acomode en una inclinación, y verter un chorro de agua fría o tibia en la parte baja antes de colocar la bombilla. Esta técnica permite que la yerba se hinche y preserve su sabor por más tiempo. Además, resalta que «cebar no es servir», sino una acción de cariño y dedicación, que tiene sus raíces en la filosofía de reciprocidad de los guaraníes, quienes consideraban que la riqueza no se medía por lo que se tenía, sino por lo que se compartía.
El Legado Guaraní
La tradición de compartir el mate es, en última instancia, un legado de los guaraníes, quienes, al descubrir la yerba mate, decidieron compartirla frente al fuego, un elemento sagrado para ellos. Este acto de generosidad y comunidad sigue vigente hoy en día, convirtiendo al mate en un símbolo de amistad, de hospitalidad y de unión en todo el país.
Así, el Día Nacional del Mate no solo es una fecha para celebrar una infusión, sino una oportunidad para recordar los valores de reciprocidad, solidaridad y comunidad que el mate ha representado a lo largo de la historia de Argentina. Una tradición que, más allá de ser una simple bebida, sigue siendo un gesto que une a los argentinos, sin importar las diferencias.
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