Terrenos: El potencial que no se ve

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Hay lotes de todos los tamaños, ubicaciones, y que nos pueden parecer el lugar ideal para empezar a pensar en nuestro sueño.
Pero más allá de la forma, los árboles o la ubicación, lo que hace realmente valioso a un lugar es algo que no siempre se ve: su potencial.
Y ese potencial no depende solo de lo que soñamos, sino también de lo que está permitido hacer ahí.

Antes de proyectar una casa, un local, una ampliación o un desarrollo, conviene hacerse una pregunta que muchas veces nadie hace:
¿Qué se puede construir o habilitar en este lote según la normativa local?

El uso de suelo: un mapa de posibilidades

Cada ciudad o comuna tiene su propio reglamento de uso de suelo.
Es una herramienta que organiza el crecimiento, busca equilibrio entre los espacios, y define qué tipo de actividades se permiten en cada zona: residenciales, comerciales, rurales, mixtas.

También indica cuánto se puede construir, en cuántas plantas, con qué condiciones, si se permite subdividir, si se pueden hacer PH, si se admiten proyectos multifamiliares o si hay restricciones que cuidar.

Lo interesante es que cuando uno conoce esa norma, puede mirar distinto:
Un lote deja de ser solo “un pedazo de tierra”, y se convierte en una oportunidad concreta.

Más que límites, un punto de partida

El reglamento no está para impedir sueños, sino para darles forma realista.
Hay zonas con más flexibilidad, con posibilidad de construir más metros o habilitar más usos.
Y hay terrenos que, bien leídos, ofrecen mucho más de lo que muestran a simple vista.

Al entender qué dice la normativa, una idea se puede ajustar, mejorar, o incluso crecer.
Porque no siempre es necesario tener un terreno gigante o en esquina para hacer algo valioso:
a veces, la clave está en saber leer lo que sí se puede hacer.

¿Dónde se consulta?

Los reglamentos están disponibles en las webs municipales o en las oficinas de Planeamiento y Catastro.
Pero no se trata solo de leer ordenanzas: se trata de traducir esa información para tomar buenas decisiones, por eso es recomendable consultar con un profesional que nos ayude a despejar todas las dudas. 

El uso de suelo no es una barrera. Es la brújula que te ayuda a proyectar con sentido.

Saber qué permite una zona es entender el potencial real de ese lugar.
Y eso puede marcar la diferencia entre una idea frustrada… y una posibilidad que se concreta.

Porque no se trata solo de comprar tierra.
Se trata de imaginar qué puede florecer en ella. 

Fuente: Inmonauta Real State & Lifestyle

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