
Este domingo 16 de marzo, a las 16:30 horas, la travesía organizada por la agrupación Remar Contracorriente arribó a la Playa Municipal de Paraná, tras una intensa jornada de 1000 kilómetros de remada a puro esfuerzo físico. La travesía, que se extendió a lo largo de varias ciudades y pueblos de la región, fue recibida con un cálido y multitudinario homenaje en cada parada, destacándose la solidaridad de la población con los objetivos planteados: la defensa del agua, la vida y la soberanía nacional.
El recorrido, que comenzó con el lema “POR EL AGUA, LA VIDA Y LA SOBERANÍA”, busca denunciar el impacto ambiental y social de la explotación indiscriminada del río Paraná. La agrupación denuncia los daños causados por las represas binacionales de Itaipú y Yaciretá, las cuales alteran el ciclo natural del río y afectan tanto a la biodiversidad como a las comunidades ribereñas.
Uno de los puntos más críticos señalados por los organizadores es la extracción de 800 millones de toneladas anuales de arena sílicea del lecho del Paraná, que se destina a la extracción de petróleo no convencional en Vaca Muerta. Este proceso, además de agotar un recurso esencial, también consume grandes cantidades de agua limpia (500 millones de litros mensuales), afectando de forma directa la disponibilidad de agua para consumo humano y la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos.
La contaminación del Paraná también está vinculada a la práctica agrícola. Los escurrimientos de aguas cargadas de agrotóxicos desde las tierras cultivadas alteran la calidad del agua, dañando gravemente la vida acuática. La situación se agrava aún más con el flujo de aguas cloacales provenientes de zonas urbanas que no cuentan con un adecuado tratamiento de residuos.
A lo largo del recorrido, la agrupación ha recibido apoyo y aplausos de la población, particularmente en ciudades como Barranqueras, Hernandarias y Villa Urquiza, donde los ciudadanos se unieron al clamor de «El río no se vende, se defiende». La remada, cargada de significado y de resistencia, sigue su curso hacia otras localidades como Alvear (17/3), Diamante (18/3), Campamento Humedal (19/3), Quebracho (Puerto Gaboto) el 20/3, San Lorenzo el 21/3 y finalmente, Rosario el 22/3.
Con un trasfondo de crisis ambiental y social, esta travesía no solo busca visibilizar los problemas del río Paraná, sino también alertar sobre los peligros del proyecto de profundización del dragado del río, un plan que según los organizadores, responde a intereses de corporaciones extranjeras y pone en riesgo la soberanía nacional. El río Paraná, segundo en extensión en América del Sur, se encuentra hoy amenazado por proyectos que buscan privatizarlo, ceder su control a poderosas empresas y militarizar la zona con la intervención de fuerzas extranjeras.
La causa de Remar Contracorriente se inscribe en un contexto global de crisis climática y ambiental, donde las acciones irresponsables de los gobiernos y la depredación de los recursos naturales no solo afectan a la biodiversidad, sino que también ponen en peligro las condiciones de vida de millones de personas. La travesía busca que los legisladores tomen conciencia de la gravedad de esta situación y se alineen con la defensa del agua y la vida, frente a la creciente presión de los intereses corporativos que buscan explotar los recursos sin consideración por las generaciones futuras.
En sus palabras, «El río no se vende, se defiende». Una consigna que resume el espíritu de esta lucha por la soberanía, por el derecho al agua, y por la preservación de la vida en el Paraná..
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