Refugio Joven: 19 años de contención, oficios y solidaridad regional

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En un rincón del cordón industrial, donde la madera se transforma en herramientas de esperanza, el Refugio Joven celebra 19 años de trabajo silencioso pero profundo. Fundado y sostenido por Héctor “Kiko” Gallo, este espacio ha sido durante casi dos décadas un lugar de contención, formación y amor para jóvenes que atraviesan momentos difíciles.

Allí, entre sierras, clavos y bancos hechos a mano, no solo se enseña carpintería, se enseña a confiar, a crear con las propias manos, a reconstruir un rumbo posible. “Parece que fue ayer que empezamos, pero gracias a la colaboración de mucha gente seguimos firmes”, expresó con emoción Kiko Gallo en diálogo con Lucas Maidana y Daniel Barzola, conductores del programa radial El Muelle (Nueva Estrella Medios).

El Refugio no solo recibe chicos de San Lorenzo, sino también de localidades vecinas. Asisten en días fijos de la semana, aunque los problemas económicos, como el costo del boleto, a veces dificultan la continuidad. Hoy son diez los jóvenes que participan regularmente, pero el espacio supo albergar a más del doble. El límite no es la voluntad, sino el tamaño de la casa —ubicada dentro del predio de la Asociación de Cooperativas Argentinas sobre Av. San Martín— y los recursos disponibles.

Una de las colaboradoras históricas es Alicia Vivas, quien forma parte de la comisión desde hace 16 años. “Empecé cocinando y me fui quedando. Traje a mi esposo también. Este lugar te atrapa por el bien que se hace”, cuenta.

Pero lo que hizo especial la jornada fue un gesto solidario que conmovió a todos: el Refugio Joven realizó la entrega de bancos y bastones fabricados por los propios jóvenes al Hospital Regional Granaderos a Caballo. Estuvieron presentes autoridades sanitarias, miembros de la comisión del SAMCo, concejales y colaboradores. El acto fue sencillo, pero cargado de sentido.

La doctora Verónica Mathey, flamante vicedirectora del hospital, agradeció emocionada: “Recibir algo hecho con las manos de estos chicos, con historias difíciles pero corazones generosos, es conmovedor. Esto es ayudar para ayudar”.

El concejal Esteban Aricó, también presente, destacó el valor de estas alianzas: “Esto es lo que necesita nuestra sociedad: sinergias entre instituciones, lazos solidarios que construyen comunidad”.

El hospital regional es cabecera para toda la región. Más de 60.000 personas se atienden anualmente allí, muchas provenientes de otras localidades del departamento. Por eso, cada gesto, cada mejora cuenta. Y esta entrega de mobiliario forma parte también de un proceso más amplio de renovación edilicia y compromiso institucional.

El Refugio Joven, mientras tanto, sigue necesitando ayuda: docentes solidarios que puedan enseñar oficios, donaciones de materiales —madera, tornillos, herramientas— o simplemente alguien que se acerque a compartir y acompañar. Empresas, vecinos, instituciones: todos pueden sumar.

“A veces una pequeña colaboración para otros es muchísimo para nosotros”, resume Kiko, con esa humildad que emociona.

Cuando una silla de madera hecha a mano por un joven en proceso se convierte en descanso para un paciente, cuando una institución acoge y otra agradece, cuando la sociedad se une para sostener la salud y la inclusión, lo que sucede no es solo asistencia: es comunidad.

Refugio Joven demuestra que el verdadero cambio comienza con un gesto. Y que cuando hay corazón, voluntad y trabajo colectivo, todo es posible.

¿Querés colaborar con Refugio Joven?
Podés acercarte a la Casa Nº1 en el predio de la Asociación de Cooperativas Argentinas, Av. San Martín, San Lorenzo. También podés contactarte con sus referentes para ofrecer tiempo, talleres, herramientas o materiales.

Porque cuando la juventud encuentra apoyo, toda la comunidad florece.

Entrevista completa:

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