
Una vez más, la ciencia pone en valor lo que forma parte de nuestra cotidianeidad. Investigaciones recientes confirman que el mate —ese compañero fiel de charlas, trabajo y recorridos— también puede ayudar a mantener nuestros huesos más fuertes, sobre todo en mujeres a partir de los 50 años.
Y lo más interesante es que esta línea de estudios no viene de lejos, sino que se desarrolla en Rosario, de la mano del Dr. Lucas Brun, investigador del CONICET y la Universidad Nacional de Rosario. Desde nuestra región, su equipo lleva años profundizando en los beneficios que tiene la yerba mate sobre la salud ósea.
Lo que descubrieron los estudios
El primer dato que despertó la atención de la comunidad científica vino desde Mendoza: mujeres que tomaban al menos un litro de mate por día, durante cinco años, tenían hasta un 9,7 % más de densidad ósea en la columna lumbar y un 6,2 % más en el cuello femoral, en comparación con quienes no tomaban.
¿Y por qué la mirada se puso especialmente en mujeres? Porque a partir de la menopausia, los niveles hormonales bajan rápidamente y con eso también cae la masa ósea. Mientras que los varones enfrentan ese riesgo más adelante, las mujeres atraviesan esta etapa alrededor de los 50 años, con un aumento considerable en las probabilidades de sufrir fracturas.
Desde Rosario, un nuevo descubrimiento científico
Pero eso fue solo el inicio. Desde Rosario, el Dr. Lucas Brun y su equipo no se quedaron en esa primera evidencia. Profundizaron el análisis y confirmaron no solo los resultados previos, sino también el impacto directo de ciertos componentes de la yerba mate sobre las células óseas.
En palabras del investigador: “Decidimos hacer un nuevo estudio donde evaluamos los polifenoles de la yerba mate en relación a la viabilidad de las células osteocitos y osteoblastos. Sobre la célula osteocitos, que es la que queda inmersa en la matriz ósea una vez que se mineralizó, no tendría la yerba mate demasiado efecto, pero los componentes de la yerba mate que nosotros probamos que son la rutina, el ácido clorogénico y la cafeína, tienen efecto positivo sobre las células osteoblastos”.

En su estudio más reciente, publicado este año (2025), también observaron que el efecto beneficioso se da tanto en el hueso compacto (que da soporte y estructura), como en el hueso esponjoso (que amortigua y contiene la médula ósea). Ambos tipos de tejido mejoran con el consumo sostenido de yerba mate. Un dato clave cuando se piensa en prevenir fracturas por fragilidad, uno de los riesgos más silenciosos pero frecuentes en la vejez.
Lo cotidiano también cura
Cuidar los huesos empieza temprano, y se fortalece con decisiones cotidianas: moverse todos los días, consumir alimentos ricos en calcio y vitamina D, evitar el tabaco y el alcohol en exceso… y sí, tomarse unos mates también cuenta.
Desde la ciencia local y con mirada puesta en la salud de nuestras comunidades, esta investigación resignifica algo tan cotidiano como una ronda de mate: un gesto que nos vincula, nos acompaña, y también nos cuida.
Fuente: Instituto Nacional de la Yerba Mate
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