Un insólito incidente tuvo lugar en la madrugada de ayer en el Aeropuerto de Sauce Viejo, cuando un avión de Aerolíneas Argentinas, vuelo ARG1724, estuvo dando vueltas sobre la terminal durante 53 minutos debido a la falta de comunicación con la torre de control. El motivo: el controlador aéreo encargado de guiar la nave se había quedado dormido.
El vuelo, que se encontraba en proceso de aproximación al aeropuerto, comenzó a dar vueltas sobre la pista sin recibir instrucciones de la torre de control. El piloto, sin poder contactar a la torre, procedió a mantener la aeronave en el aire para esperar una respuesta. Según fuentes cercanas al evento, la torre de control en Sauce Viejo no pudo emitir ninguna indicación durante ese tiempo, lo que causó un retraso considerable en la llegada del vuelo.
Este hecho, que podría haber puesto en peligro la seguridad de los pasajeros y la tripulación, fue revelado horas después por la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) a través de un comunicado de prensa. En el comunicado, el ente expresó que la «seguridad operacional estuvo garantizada en todo momento» y que «nunca se estuvo en riesgo la seguridad en la navegación aérea». Sin embargo, a pesar de las garantías de seguridad, el incidente fue calificado como de gravedad, y las autoridades anunciaron medidas inmediatas.
«EANA ha apartado de sus funciones a todo el personal involucrado en el hecho hasta que concluyan las investigaciones», reza el comunicado. Este movimiento es parte de la respuesta oficial ante lo que se considera una falta de control en uno de los momentos más críticos de la operación aeroportuaria.
Afortunadamente, el avión pudo aterrizar sin incidentes adicionales una vez que el controlador se despertó y restableció la comunicación. No obstante, el incidente ha generado preocupación sobre los protocolos de seguridad y la formación del personal encargado de garantizar el correcto funcionamiento de las operaciones aéreas.
Este hecho pone de relieve la importancia de la vigilancia constante en las torres de control y la responsabilidad que recae sobre los profesionales encargados de dirigir el tráfico aéreo. La EANA ha asegurado que tomará las medidas necesarias para evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro.
El caso sigue siendo objeto de investigación, y se espera que las autoridades ofrezcan más detalles conforme avance el proceso. Mientras tanto, tanto los pasajeros del vuelo ARG1724 como la opinión pública aguardan respuestas claras sobre cómo se permitió que este incidente ocurriera.
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