Día de fe: Los argentinos se congregan para celebrar a San Cayetano.

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En un día tan especial como hoy, 7 de agosto, las calles se visten de esperanza y fe para celebrar a San Cayetano, el patrono del pan y del trabajo. Cada año, miles de fieles se congregan en santuarios y templos de todo el país, especialmente en el de Liniers, para honrar a este santo italiano y pedir su intercesión.

¿Por qué se lo celebra hoy?

La fecha conmemora el fallecimiento de Cayetano de Thiene, que tuvo lugar el 7 de agosto de 1547 en Nápoles, Italia. Aunque provenía de una familia noble, dedicó su vida a los más desfavorecidos. Renunció a sus riquezas para vivir en la austeridad y fundó la Orden de los Clérigos Regulares, también conocidos como Teatinos.

El patrono del «pan y del trabajo»

La devoción a San Cayetano como protector del trabajo se popularizó en Argentina en el siglo XX, durante la crisis económica de la década de 1930. En un contexto de alto desempleo, los creyentes comenzaron a encomendarse a él para conseguir un empleo o para conservar el que tenían. Hoy, la tradición continúa con la misma fuerza, y miles de personas de distintas generaciones se acercan para agradecer por el trabajo o para pedir una nueva oportunidad.

La jornada de hoy estará marcada por las largas filas de peregrinos, las oraciones y las ofrendas. El aroma a ofrendas florales, el canto de los fieles y la calidez de la comunidad hacen de este un día único, lleno de fe y devoción en el que se reafirma la esperanza de que, a pesar de las dificultades, siempre habrá pan y trabajo en cada mesa.

 

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